viernes, 9 de septiembre de 2011

No sé si alguna vez os ha pasado, que al oír el nombre de una persona os pasan miles de cosas por la cabeza en solo una milésima de segundo. A mí me ha pasado, con el nombre Justin Bieber. Ese chico me ha enseñado tanto en el año y ocho meses que hace que le sigo los pasos. Gracias a él soy como soy. Gracias a él, creo en mis sueños, y ya no digo "ojalá", gracias a él, sé que si quiero algo y lo quiero con ganas, se cumplirá, solo hay que esperar, porque todo llega, después de años puede ser, pero llega. Yo llevo esperando 5 años, pero aún tengo fe, sé que mi momento va a llegar. ¿y porqué pienso eso? Porque el también espero, y mucho. Si no hubiese sido él, yo no creería en nada, absolutamente nada, mi vida sería vivir porque es lo que toca hacer y ya está. Sí, Justin Bieber es mi ídolo, le debo muchísimo, y ¿sabéis qué? me duele que la gente se meta con él. Duele que hablen mal de la persona que te ha ayudado a salir de un negro, duele, de verdad. Muchas de las cosas que le dicen no son verdad. No voy a decir que son unos envidiosos, porque no lo sé, algunos sí, pero no sé si todos tienen envidia. Él no es perfecto, pero nadie lo es, todos tenemos defectos, y él también. A nadie le gustaría que le estuvieran destacando sus defectos día tras día, ¿a que no? pues a él tampoco, tú, quien seas, seas alto, bajo, rubio, moreno, chino, africano, americano, feo, guapo, gordo, flaco, da igual, tú eres un ser humano al igual que él. Tú tienes sentimientos, te duelen ciertas cosas, y él no es menos. Piénsalo, ¿Porqué meterte con él si no te ha hecho nada?.

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